Tampoco las coronas están al margen de problemas terminológicos, como lo demuestra que el estudio de Grossi 2017 le dedique al tema su capítulo primero, pp. 11-44.

          El término 'corona' está inequívocamente asociado al de aro, es decir un artilugio circular cerrado, pero en las representaciones pictóricas esta definición es imposible de contrastar. Así que aplicaremos la palabra generica 'corona' a todos los elementos dibujados que traspasen la dimensión del cuero cabelludo, o de la cabeza en su caso, sin tener en cuenta la posición en la que se encuentren. Son los adornos más abundantes, por citar solo dos: PI0036 o PI0050.

          'Guirnalda', que puede ser una corona abierta, la utilizaremos en la segunda acepción del DLE como una «tira tejida de flores y ramas», para los componentes simbólicos que los efigiados llevan en las manos cuando es el caso. El último retrato encontrado completo porta una en su mano derecha.

          Y para la corona abierta, el aro sin cerrar, hemos elegido la palabra 'diadema', que aplicaremos a los adornos cuyos límites se encuentran en el interior de la cabeza. Un ejemplo perfecto es el PI0012. 

          Por último tenemos la palabra latina 'strophium' (pl. 'strophia'), diminutivo 'strophiolum' (pl. 'strophiola'); «también es la diadema que se lleva como una corona alrededor de la cabeza» (DarSag 1873: 4.2, 1536, s.v. ‘strophium’). Conesa 2020: 415 y ss., utiliza la palabra (en su forma griega 'strophion') en el sentido de las tiras de tejido que adornaban o sujetaban partes del peinado (él también las llama ‘vendas’, y quizás sería más apropiado ‘bandas’ o ‘cintas’); asociándolas a personas de la familia real, a sacerdotisas o a «una privada de alta consideración social» (Conesa 2020: 417).

          Así pues, con 'corona', 'diadema' y 'strophium' abarcamos todos los adornos monumentales llevados sobre la cabeza que aparecen en los retratos; aparte quedan los componentes que singularmente se conocen como acus crinalis: agujas, alfileres, horquillas, ...